Parece ser que fué en 1922 cuando se construyó la primera carretera
que unió a la comarca de Las Hurdes con el resto del mundo. Digo bien,
con el resto del mundo, porque se cuenta que hubo un tiempo que los
hurdanos tenían la creencia de que el mundo se reducía a las montañas
por ellos conocidas, que no había nada más tras ellas. Verdad o no, de
hecho, esta región fué usada hasta los siglos XV o XVI como encierro de
apestados, disidentes,desterrados,... El paisaje debió ser desolador,
enfermedades, alcoholismo, consanguinidad, cretinismo y otros males
hicieron que, junto con Los Monegros, formaran las dos zonas más míseras
de España. Unamuno: «Si en todas partes del mundo el hombre es hijo de
la tierra, en Las Hurdes la tierra es hija de los hombres».
Actualmente,
cualquier relación con ese pasado oscuro solo queda en las páginas de
historia y en las imágenes de documentales como el de Buñuel (Tierra sin
pan, 1933) o, anteriormente, en el que reflejó la imagen de la visita
de Alfonso XIII en 1922, quien, por cierto, tuvo que cambiar el
automóvil por el caballo para poder adentrarse en la región; después
empezaría la construcción de caminos y carreteras y el interés por la
región. Diversas acciones particulares e institucionales empezaron la
transformación de la zona hasta ser lo que hoy es.

Hoy
es una región más, con sus encantos y sus desencantos, con su problemas
y sus grandezas, dotada de todo tipo de servicios y, por supuesto, en
lo que aquí nos interesa, dotada de unas excelentes carreteras para ser
recorridas en motos. Decir excelentes, no significa necesariamente,
decir, bien asfaltadas, bien trazadas, etc., que también las hay, sino
excelentes por permitir la contemplación de unos extraordinarios
paisajes y de lo que queda de la llamada "arquitectura negra", negra por
el color de la pizarra que se utilizó. Junto al negro de la pizarra,
predomina el verde de la jara. Junto a los cauces de lor ríos, en
empinados riscos pueden verse todavía muchas terrazas, alguna de ellas
cultivadas en sitios imposibles, aquí y allá, entre las peñas, algunos
árboles frutales sueltos dejan sus notas de color en estas fechas;
pocos, porque la sequía también está presente en estas tierras de rios
nacientes donde en otros momentos es fácil ver el agua descender de las
montañas y oir su caída junto a las carreteras.
 |
Vista de la carretera por Carabusinos. |
Los pueblos, más bien, las alquerías, se
distribuyen siguiendo el curso del río; y se agrupan en torno a los
municipios principales. Uniendo lo abrupto del terreno con los cauces
serpenteantes de los rios, el resultado es casi obligatorio: carreteras
de unión reviradas, con curvas imposibles, en ocasiones. Nuestro
recorrido fué por la parte alta de Las Hurdes. Empieza en Vegas de Coria
y, a través de la carretera EX-368 llegamos a El Gasco, a 15 kilómetros
pasando por Rubiaco, Nuñomoral, Cerezal y Martín Landrán. Retrocedemos
hasta Nuñomoral y ascendemos hasta Carabusinos, recoriendo previamente
Robledo y Casares de las Hurdes. Sin saberlo, casi hemos reproducido el
viaje del Rey en 1922, a lomos, también, de otro tipo de monturas. Al
atravesar estos pueblos es frecuente ver a la gente sentada al borde de
la carretera viendo pasar a otras gentes. En la plaza del El Gasco nos
indicaron el camino para recorrer el pueblo andando y, al volver, estas
personas nos dijeron que se habían quedado vigilando las motos, aunque
allí poco podía pasar,... Con eso iniciamos una pequeña conversación en
la que estas personas, de edad avanzada, nos contaron un poco de sus
cosas.
 |
Por las calles de El Gasco |

Llegados
a la cumbre de Carabusinos el siguiente destino fué Rio Malo de Arriba.
Aquí se llega a través de una carretera que no aparece en los mapas, es
la CC-158 o a través de una pista que no fuimos capaces de encontrar.
En mi opinión, esta carretera ofrece uno de los más bonitos recorridos
que conozco de Extremadura. Es estrecha, pero con asfalto excelente,
revirada, con curvas constantes, abiertas, cerradas, ciegas, enlazadas,
... aunque, para mí, el atractivo del recorido no son las curvas, son el
paraje que se recorre. En esta cara de la montaña, el color verde es
más intenso, la jara se esconde bajo los pinares y su olor penetra en el
casco. Al fondo, una cumbre nevada que no supe identificar; abajo, Rio
Malo de Arriba con sus tejados inclinados de pizarra. Y a lo lejos, cada
vez más lejos, los dos compañeros de ruta; en unos instantes pierdo su
visión porque me recreo en la que me ofrece cada metro de esta
carretera. Por si no fuera suficiente, al inicio existe un Mirador
donde nos instalamos con nuestra fiambrera y nuestros bocadillos,
comiendo tan ricamente en un paraje de envidia. A los postres, Chema y
José intentaron la ascensión a un pico no lejano y que había atraido sus
miradas desde hacía rato. Yo, con una caída tuve suficiente y me quedé
para documentar la hazaña. Recorrieron la mayor parte de la pista, pero
el final era de una pendiente totalmente inaccesible; o eso me
dijeron.... porque yo no estaba allí.

 |
Al fondo, la pista que se intentó subir. |
Como dije antes, intentamos encontrar una pista que
nos llevara a Rio Malo de Arriba. Iniciamos la que yo creía correcta,
pero al poco me dí cuenta de que no estaba en la que yo conocía de unos
años antes. Entre "seguimos,...no seguimos,... esto tiene mala pinta:.."
nos internamos hasta un punto en que la pista desaparecía bajo las
ramas secas y, en el suelo, empezamos a ver barro. Retrocedimos,
¿decisión inteligente de grupo o que yo insistí en que era una locura
seguir? No lo sé, pero como vamos en grupo, retrocedimos los tres. Pero,
en plena retirada, quizás como castigo por mi poca osadía, fuí el único
que cayó. Caída que tuvo consecuencia una terrible lesión.... en mi
orgullo, y también un espejo retrovisor roto. De ahí, que en la pista de
después de comer yo no me atreviera a desafiar al destino por segunda
vez.
 |
Al principio, parecía fácil,... |
 |
pero la pista se fué complicando. |
 |
Con este resultado para mi moto. |
Nuestra
andadura nos lleva ahora hasta Rio Malo de Abajo a través de unas
carreteras que comparten las mismas características que las anteriores.
Las curvas, siempre presentes, una tras otra..... Pero antes de visitar
nuestro próximo lugar se imponía una visita obligada para recargar
energías: nos paramos en Las Mestas para tomar unas dosis terapéuticas,
por supuesto, de "ciripolen" en la mismísima cuna del producto, en la
taberna del "Tio Cirilo" donde fuimos invitados a la primera ronda.
(Nota aclaratoria: los menos jóvenes quizás recuerden "el ciripolen",
producto con propiedades euforizantes y "vigorizantes para los varones" ,
similar, dicen, a otras cosas que actualmente se venden en farmacias).
 |
Entrada a la "cuna del ciripolen" |
Recargado el cuerpo, continuamos hasta
otro lugar de foto obligatoria. Se trata del Mirador La Antigua, desde
donde se contempla una bonita estampa de los meandros del río Alagón.
Presumimos en Extremadura de tener este sitio, pero lo cierto es que
estando la frontera regional en mitad del curso del río, la isleta
pertenece a Castilla La Mancha, aunque creo que allí no se sabe.
 |
Mirador La Antigua,... |
 |
en los meandros del Alagón. |
Ahora
tocaba recargar los depósitos de gasolina de las motos y en este punto,
como nos pasa casi siempre, nos damos cuenta de que todas las
previsiones ya no sirven; que tenemos que dar por finalizada la visita a
las Hurdes y dejar para otra ocasión lo que nos queda. Así que hicimos
de una tirada el trayecto hasta Cáceres, a cuya entrada paramos a tomar
el último refresco y donde nos alegramos de llevar el tipo de motos que
tenemos, porque viendo a las RR que pasaban sentiamos que nuestros
cuerpos estarían destrozados de haber viajado en esta ocasión con alguna
de ellas.
 |
Al fondo, Rio Malo de Arriba desde el mirador en la CC-158. |
El recorrido principal de esta ruta era el que sí
hicimos, era lo que pretendiamos: recorrer Las Hurdes, las llamadas
Hurdes altas. En resúmen: viaje altamente recomendable, de los que dejan
buen sabor; de los que no hay que hacer con prisas; viaje que hay que
hacer para conocer Las Hurdes tal y como son ahora, no por lo que
fueron. Para quien viaje de forma diferente, decir que las posibilidades
de alojamiento y comidas son abundantes, que el lugar está lleno de
posibilidades senderistas (las diversas chorreras, o el Volcán del
Gasco, por ejemplo) las piscinas naturales son abundantes y las fiestas
tradicionales de la zona son un valor turístico en alza.
Es completamente FALSO que Las Hurdes fuesen un territorio que sirvió para "encerrar" a gente apestada, desterrada y de mal vivir. Esas afirmaciones, sin rigor histórico alguno, lo único que hacen es echar más leña a la gran hoguera de la leyenda negra de la comarca. Los jurdanos tampoco han permanecido aislados durante siglos. Es otra calumnia más. Desde que Las Hurdes han estado pobladas (épocas prehistóricas), vemos por los vestigios que nos han dejado, sobre todo en el período Calcolítico, que ya comerciaban con otros pueblos mucho más alejados. Los asentamientos romanos y tardoantiguos dispersos por la zona también manifiestan que es falso ese aislamiento. A partir de la Alta Edad Media, ya contamos con bastantes documentos que nos hablan de una comunidad pastoril, con grandes rebaños de cabras (cabra laneca, autóctona, que ha estado a punto de extinguirse), vacas de la raza autóctona llamada "cachana" (ya extinguida) y puercos que pastaban en los bosques de robles y encinas rupícolas. Además, practicaban la agricultura en las vegas de los ríos y en los muchos huertos abancalados y regados por gargantas y fuentes de la montaña. Las sierras siempre han sido del común de los vecinos, o sea, de toda la comunidad jurdana. Muchas solanas están llenas de centenarios olivos, y las umbrías, de castaños y cerezos. Por lo tanto, economía de subsistencia (como en tantas otras zonas de montaña), SÍ, pero nada de MISERIAS, como han dicho tantos juntaletras de tres al cuarto o cineastas, tal que Buñuel, que prepararon calumniosos, horripilantes y vejatorios montajes cinematográficos, utilizando a los jurdanos como "cobayas" para sus fines espurios, con un desconocimiento total de la compleja socioantropología jurdana. ¡Salud y buen día! Félix Barroso Gutiérrez.
ResponderEliminarFélix, gracias por leerlo y comentarlo. Interesante aportación la que haces y que espero que sirva para conocer un poco más y mejor este bello rincón. Saludos.
ResponderEliminar