Parque del Tajo Internacional
El Tajo Internacional es un espacio natural que comprende parte de la
provincia de Cáceres y se extiende a la Región Centro portuguesa,
estando ambos espacios divididos por el rio Tajo, que en esta zona hace
de frontera entre los dos países. La principal población portuguesa del
entorno es Castelo Branco y las poblaciones españolas situadas más
próximas al Tajo son Cedillo, Herrera de Alcántara, Santiago de
Alcántara y Corbajo.
Es un bosque típicamente mediterráneo, donde destacan las encinas, alcornoques y la jara; especialmente la jara en estas fechas en que ya ha florecido, ofreciendo sus blancas flores un bellísimo espectáculo visual y olfativo. De hecho, en ésta ruta, la jara ha sido su protagonista al haber estado presente en casi todo el recorrido. La zona tiene muchas más especies vegetales y pueden verse fácilmente manchas multicolores dependiendo de la zona por la que se transite y, entre ellas, destaca por su colorido el lirio amarillo, todo ello sobre el fondo verde que muestra el suelo en casi todas sus zonas. De su fauna destacan la cigueña negra y el águila imperial. El Parque puede ser recorrido en moto, bicicleta, andando o en barco. Ofrece visitas guiadas y recorridos fluviales turísticos.
Mi ruta se ha centrado en la parte española y era mi objetivo visitar varios Miradores ubicados en el corazón del Parque. Estos lugares son accesibles por pistas, de variada dificultad pero fáciles, en general. Han sido cinco tramos que fuí enlazando por carreteras; siendo curioso que la principal dificultad la encontré, no en las pistas, sino en una de las carreteras. Se trata de la que une las poblaciones de Santiago y Herrera de Alcántara atravesando una bonita sierra. Carretera "cuaternaria", podría llamársele, lo que, en principio, no debía presentar ninguna dificultad porque es el territorio idóneo para mi tipo de moto, pero sucede que tiene un largo tramo en obras y ahora están en la fase de cubrirlo todo con arena, con lo cual, durante unos ocho o diez kilómetros, la carretera se convirtió en una pista de arena, lo que, unido a las fuertes pendientes, hizo la conducción realmente arriesgada, sobre todo por el riesgo que implicaba utilizar los frenos.
Las pistas recorridas estaban totalmente secas, con
algún charco; pero en casi todo el recorrido estaban cubiertas por
piedrecitas que, a modo de canicas, hacian que llevar la moto recta no
fuera fácil y que la rueda trasera fuera "a su aire" en ocasiones; otra
dificultad fueron las grandes pendientes que hay que superar en esas
condiciones, sobre todo descendiendo. Hay imágenes de ellas, tanto en
fotos como en vídeo, pero, como suele decirse, las imágenes no reflejan
la verdadera dificultad. De hecho, en el vídeo, puede verse la escasa
velocidad que llevaba en algunos tramos, pero, de verdad, que para mi
nivel de conducción, era el adecuado.
Otra difucultad con la que me he encontrado han sido mis botas; no acabo de acostumbrarme a ellas y cuando conduzco levantado me es difícil cambiar de marchas y casi imposible manejar el pedal del freno; por ello, en algunas zonas alguien podría decirme ¡pero levántate! y tendría razón, pero prefiero no hacerlo por los motivos dichos.
En
total recorrí unos cincuenta kilómetros por pistas, con frecuentes para
paradas para mirar y ¡para oler!; de lo primero queda constancia, pero
lo segundo queda archivado en mi memoria olfativa. Esta vez no tuve
encuentros con mastines, solo con ovejas, alguna vaca y un ciervo y,
como siempre sucede, en esos momentos no tenía disponibles ninguna de
las cámaras. Creo haber podido ver a la escurridiza cigueña negra con
prismáticos en los roquedales de la orilla donde hacen sus nidos. Ignoro
si ví al águila porque no sé identificar a éstas en vuelo; ví y también
olí a la fauna natural de la dehesa: los "guarros".
Hizo
un día espléndido para conducir; algo fresco por la mañana pero soleado
después, tanto que ya habría que ir pensando en cambiar a la
indumentaria de verano. Acabé el día con todas las ventilaciones de la
chaqueta abiertas, sin forros y solamente sobre una camiseta. Eso sí,
los `pies, dentro de esas enormes botas impermeables, no llegaron
frescos, precisamente.
En
resúmen: ruta recomendada para hacerla sin prisas; apta para cualquier
moto trail (incluso las más grandes); aunque yo comí, como siempre,
debajo de una encina, hay oportunidad para comer en los pueblos citados,
recomendando los platos de caza mayor; mucho cuidado con la gasolina
porque en la zona no hay surtidores, necesitándose alejarse de ella para
repostar; los fines de semana puede cruzarse a Portugal a través de la
presa de Cedillo, ahorrándose así muchos km. quien quiera continuar por
Portugal; hay muchas pistas transitables en la zona que con el GPS
adecuado se pueden recorrer bien.
Es un bosque típicamente mediterráneo, donde destacan las encinas, alcornoques y la jara; especialmente la jara en estas fechas en que ya ha florecido, ofreciendo sus blancas flores un bellísimo espectáculo visual y olfativo. De hecho, en ésta ruta, la jara ha sido su protagonista al haber estado presente en casi todo el recorrido. La zona tiene muchas más especies vegetales y pueden verse fácilmente manchas multicolores dependiendo de la zona por la que se transite y, entre ellas, destaca por su colorido el lirio amarillo, todo ello sobre el fondo verde que muestra el suelo en casi todas sus zonas. De su fauna destacan la cigueña negra y el águila imperial. El Parque puede ser recorrido en moto, bicicleta, andando o en barco. Ofrece visitas guiadas y recorridos fluviales turísticos.
Mi ruta se ha centrado en la parte española y era mi objetivo visitar varios Miradores ubicados en el corazón del Parque. Estos lugares son accesibles por pistas, de variada dificultad pero fáciles, en general. Han sido cinco tramos que fuí enlazando por carreteras; siendo curioso que la principal dificultad la encontré, no en las pistas, sino en una de las carreteras. Se trata de la que une las poblaciones de Santiago y Herrera de Alcántara atravesando una bonita sierra. Carretera "cuaternaria", podría llamársele, lo que, en principio, no debía presentar ninguna dificultad porque es el territorio idóneo para mi tipo de moto, pero sucede que tiene un largo tramo en obras y ahora están en la fase de cubrirlo todo con arena, con lo cual, durante unos ocho o diez kilómetros, la carretera se convirtió en una pista de arena, lo que, unido a las fuertes pendientes, hizo la conducción realmente arriesgada, sobre todo por el riesgo que implicaba utilizar los frenos.
A continuación pongo los enlaces en Wikiloc de los diferentes tramos:
(El
tramo 5 no está cerca del Tajo Internacional, sino que es un desvio que
tomé a la vuelta, cerca de Alburquerque, para ver el pantano Peña del
Águila).
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Mirador, cerca de Santiago de Alcántara. |
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A orillas del Tajo. En frente, Portugal. |
Otra difucultad con la que me he encontrado han sido mis botas; no acabo de acostumbrarme a ellas y cuando conduzco levantado me es difícil cambiar de marchas y casi imposible manejar el pedal del freno; por ello, en algunas zonas alguien podría decirme ¡pero levántate! y tendría razón, pero prefiero no hacerlo por los motivos dichos.
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La flor de la jara, presente en todo el recorrido. |
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La dehesa, la otra protagonista en el paisaje. |

Dejo un minivídeo a modo de trailer. En breve publicaré otro más completo.
(Ver con sonido)
(Ver con sonido)
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Saludos.
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