Aldea histórica de Piodao
Piodao es una de las doce aldeas históricas de Portugal que están así
clasificadas tanto por la belleza de su patrimonio arquitectónico como
por la conservación del mismo. Enclavada en un profundo valle, lejos de
todas partes e históricamente de muy difícil acceso son las razones por
las que, probablemente, no necesitó nunca un castillo como protección,
pues su acceso solo era posible por intrincados caminos a traves de los
montes que la rodean.
Sus casas están construídas formando un anfiteatro, y
tan unidas entre sí que el pueblo no tiene calles convencionales
haciendo que el tránsito por su interior solo sea posible andando por
sus pronunciadas cuestas, enlazándose sus viviendas a través de sus
enormes escalones de pizarra. La pizarra y la loza son los materiales
bases de sus construcciones y de su suelo, dando a la aldea su peculiar
aspecto serrano. Está en el corazón de la Serra do Açor, entre la Serra
da Gardunha y la de la Estrela; en la región de la Beira Interior,la
cual, para ser mejor situada por el lector español, linda con la parte
norte de la provincia de Cáceres.
A continuación dejo un mapa interactivo con información sobre la ruta. La línea azul es el recorrido de ida que hice; pinchando en los iconos que tienen formas de prismáticos pueden verse algunas fotos y el lugar exacto desde donde se hicieron; los iconos rojos informan del nombre y la situación de las otras doce aldeas históricas; los iconos con forma de gasolinera ya lo dicen todo. He querido incluir algunos surtidores de gasolina cercanos porque en la zona no hay muchos más y para no cometer el error de primerizo que yo cometí, llegando a Piodao con 290 km recorridos y sin haber repostado antes, lo que me hizo dar unas cuantas vueltas por la sierra hasta localizar uno.
Las razones anteriores, unidas a la pasión por conocer Portugal (tan incomprensivamente lejos para tantos españoles) eran razones suficientes para hacer este viaje tan largo. Digo largo porque desde Badajoz, ida y vuelta, son aproximadamente 500 km que, al final llegaron a los 625 incluyendo pérdidas y paseos por las sierras. Toda la ruta se hizo por asfalto.
Una vez en Piodao y ya recorridas sus calles me queda el recuerdo de haber estado en un pueblo diferente a cualquier otro; sus casas y suelos de pizarra oscura contrastando con el azul de sus puertas y ventanas y con el blanco inmaculado de su iglesia, dejan un buen "sabor de boca", a pesar de haber tenido que salvar sus desniveles y escalones con el casco, la cazadora y la cámara en las manos.
Viendo
desde abajo las paredes de la sierra y pensando en cómo sería llegar
hasta aquí sin carreteras, hacen comprender el por qué este pueblo es
como es. Aunque había visitantes, había silencio; en su pequeña plaza de
entrada hay un par de tiendas de recuerdos y dos o tres bares, pero sin
la algarabía típica de los lugares turísticos. Los precios tampoco son
"turísticos" y si se llega en moto se puede aparcar en esta placita, que
también tiene un pequeño y sombreado lugar con mesas para quien opte
por su propia comida. Antes de acceder al pueblo, en la carretera, hay
varios miradores desde apreciar en conjunto la población y desde se
obtienen las mejores fotos de conjunto. Eso sí, el tramo final es de los
que hay que tener cuidado para no abusar de los frenos, dada la
pronunciada pendiente final.
He
puesto la ruta que yo elegí, pero vale cualquier otro itinerario y solo
he señalado la parte que se inicia en Castelo Branco, puerta de entrada
a esta casi desconocida zona portuguesa. Como información de interés,
añadir que de los 625 km totales, aproximadamente unos 350 son de
curvas; de todas clases y por todo tipo de carreteras: estrechas con
asfalto regular, sin arcén pero con asfalto perfecto y anchas, cómodas y
rápidas. Para regreso trazé un itinerario diferente y más cómodo(con
menos curvas o mejores carreteras), pues el esfuerzo de la conducción
por las sierras, las muchas paradas y el, a veces, intenso calor
hicieron que me apeteciera conducir de forma más relajada; así que me
dirigí hacia el oeste en dirección a la cercana Coimbra y poco antes me
desvié hacia el sur buscando la espléndida y rápidacarretera IC-8 en
dirección a Castelo Branco, desviándome a Vilavelha do Rodao y, desde
ahí, después de salvar los bonitos 18 km de curvas hasta Nisa, casi en
línea recta a Badajoz.
Si
la visita a Piodao ya merece por sí misma el largo viaje, el interés se
acrecienta aún más por su entorno, tanto el cercano como el lejano. El
entorno lejano lo forman los 80 km iniciales por la N-112 desde Castelo
Branco hasta pasada Pampilhosa de la Serra a través de una sierra
espectacular, aún verde, por una revirada carretera en perfecto estado.
Este tramo, si se continúa hacia Gois, forma parte de un conocido
recorrido circular caracterizado por sus cientos, o miles, de curvas,
incluyendo parte de la mítica N-2 portuguesa. En este trayecto se impone
disfrutar de la carretera y del paisaje, pues, aún no habiendo grandes
altitudes, las vistas son, sin duda, bonitas.
El
entorno cercano al destino continúa compartiendo las carreteras de
sierra, reviradas y con firme en diferentes condiciones, pero siempre
pudiéndolo calificar como de aceptable para cualquier tipo de moto. Hay
unos 50 km desde la anterior carretera, pero son kilómetros lentos tanto
por el trazado como por las paradas que son imprescindibles. De hecho,
en el mapa anterior, podrá observarse que la mayoría de las paradas y de
las fotos están hechas en esta parte del recorrido. En este entorno
cercano lo que se impondría sería la visita a los pueblos serranos, pues
aunque no estén calificados como de "históricos", desde la lejanía se
adivina el interés que tendría visitarlos; pero estas visitas obligarían
a organizar un viaje más largo, de fin de semana como mínimo; pero ahí
queda la idea para rutas.
Otra sugerencia de ruta por la zona es evidente viendo el mapa que puse más arriba: enlazar las doce aldeas históricas. Pero, evidentemente, disponiendo de más de un día si se quieren apreciar como se merecen. Sugerencia que, además de dejarla aquí señalada, me la anoto en mis proyectos de rutas, probablemente para después del verano.
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Piodao, Portugal. |
A continuación dejo un mapa interactivo con información sobre la ruta. La línea azul es el recorrido de ida que hice; pinchando en los iconos que tienen formas de prismáticos pueden verse algunas fotos y el lugar exacto desde donde se hicieron; los iconos rojos informan del nombre y la situación de las otras doce aldeas históricas; los iconos con forma de gasolinera ya lo dicen todo. He querido incluir algunos surtidores de gasolina cercanos porque en la zona no hay muchos más y para no cometer el error de primerizo que yo cometí, llegando a Piodao con 290 km recorridos y sin haber repostado antes, lo que me hizo dar unas cuantas vueltas por la sierra hasta localizar uno.
No
obstante el mapa, en la sección de "Mapas de rutas" (a la derecha)
está disponible un enlace a wikiloc para ver y descargar la ruta.
Para más información sobre las aldeas: página web oficial sobre las aldeas históricas en Portugal.
Las razones anteriores, unidas a la pasión por conocer Portugal (tan incomprensivamente lejos para tantos españoles) eran razones suficientes para hacer este viaje tan largo. Digo largo porque desde Badajoz, ida y vuelta, son aproximadamente 500 km que, al final llegaron a los 625 incluyendo pérdidas y paseos por las sierras. Toda la ruta se hizo por asfalto.
Una vez en Piodao y ya recorridas sus calles me queda el recuerdo de haber estado en un pueblo diferente a cualquier otro; sus casas y suelos de pizarra oscura contrastando con el azul de sus puertas y ventanas y con el blanco inmaculado de su iglesia, dejan un buen "sabor de boca", a pesar de haber tenido que salvar sus desniveles y escalones con el casco, la cazadora y la cámara en las manos.

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Tramo final de acceso a Piodao. |


Algunas vistas de los pueblos serranos en las proximidades.
Otra sugerencia de ruta por la zona es evidente viendo el mapa que puse más arriba: enlazar las doce aldeas históricas. Pero, evidentemente, disponiendo de más de un día si se quieren apreciar como se merecen. Sugerencia que, además de dejarla aquí señalada, me la anoto en mis proyectos de rutas, probablemente para después del verano.
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